jueves, 28 de diciembre de 2023

BABELIA-54

 

BABELIA...

Puerta de los relatos únicos y diversos


Río Orinoco - Puerto Carreño
Fotografía de Benyu

CONTENIDO:

-Poemas de ENRIQUETA ARVELO LARRIVA

(Leídos por Juanamaría Echeverri E.). 

-“PÁJARO CAMPANA” / FERNANDO CANO.

 -“Artistas de la ilusión en Caldas” - (frag.) 

/ Jairo Hernán Uribe M.

-“ROUND MIDNIGHT” / UTE LEMPER

-“Doce ratos con LEÓN DE GREIFF” (VI)  

/ León Darío Gil R.

 

ADENDA 1:

ENRIQUE QUINTERO VALENCIA

-In memoriam-  (Manizales)

ADENDA 2:

EDUARDO GARCÍA AGUILAR –Poemas-

(Manizales / París)

 

ESCUCHE NUESTRO PROGRAMA COMPLETO:

 

ADENDA 1

 

ENRIQUE QUINTERO VALENCIA

(1942-2023)

-In memoriam-


KALOZOÉ

Por: Máximo Gris


en el Año Internacional de la Pereza Metafísica

 

Yo me doy a vivir a todo pecho.

Yo me tiro a vivir del guarapazo.

Yo me mato en vivir –soldado raso-

Como todo un varón de pelo en pecho.

 

Sé que es definitivo

Este sentirse vivo

Así, con verraquera.

 

Por eso vivo así, de cuerpo entero.

 

Quiero una vida así, de talla grande.

No soy para este gasto cicatero.

 

Serse proteico, serse policromo

Ante la azul totalidad del día,

Y ante la azul voracidad del día

Saberse un vividor de tomo y lomo.

 

Este breve vivir no es una ganga.

No se vive esta vida de chiripa.

No se puede vivir hombro por manga

Dejándose llevar por cualquier gripa.

 

Con vacas gordas o con vacas flacas,

Con Dionisos o Apolo, macanudo,

Me vivo fuerte sí como El de Guacas:

El más viril varón que verse pudo

Por lo teso que fue y lo cojonudo.

 

Hay qué darse a la vida del totazo,

Hay qué vivirla así, sin paños tibios,

Aunque la miren con cacumen craso

Esos Vitrubios y esos Tito Livios…

 

Sé que es definitivo

Este sentirse vivo

Así, con verraquera.

Sin dejar que jamás nos embriaguen,

Nos piquen, nos jodan, nos traguen,

Esas morbideces de la primavera.

 

A vivir, a vivir al derecho,

De frente, totalmente, como vive

Dando a lo hecho pecho

Cualquier inclusive…



CANCIÓN DEL HUMO VIAJERO

Máximo Gris


A los echadores de humo

que, en cualquier idioma,

son amigos…


Yo, que soy un marino aquí en la tierra firme,

A bordo del inútil balandro de mis pies,

Prendo mi chimenea porque estoy pronto a irme

A buscar en los mares islas de leche y miel.

 

Bajo la calma chicha, cuando llene la luna

Y el sueño silencioso reine en todo el bajel,

Sentados en la popa recordaremos una

Leyenda caminante que ya nadie me cree.

 

Esta pipa ha corrido con su encanto agorero

De la mano a la boca, de la boca hasta el mar,

La distancia más corta y el más largo sendero

Porque es fuego, y es humo, y es mentira y verdad.


LEA EL POEMA COMPLETO EN EL SIGUIENTE ENLACE:

https://docs.google.com/document/d/1vsuT0I2BL-3SSciwHi4o9Oy3aMEI8JYu/edit?usp=sharing&ouid=115419501605228538002&rtpof=true&sd=true


POETAS DEL TANGO

https://docs.google.com/document/d/1T862m31OeqzR_4hssUZPrezTYQPzQGQ3/edit?usp=sharing&ouid=115419501605228538002&rtpof=true&sd=true


TANGO HOY

https://docs.google.com/document/d/19Z_bOcurX3cnDWne5zR9Tfi3ZB3-MWug/edit?usp=sharing&ouid=115419501605228538002&rtpof=true&sd=true


BREVE RESEÑA BIOGRÁFICA

https://www.eje21.com.co/2023/09/muere-enrique-quintero-valencia-uno-de-los-intelectuales-mas-prestigiosos-de-caldas-y-experto-en-derecho-constitucional/

 


ADENDA 2

EDUARDO GARCÍA AGUILAR

(Manizales / París)

Selección de poemas

 

Foto tomada por Lalo Borja frente a una antigua librería de la rue Vivienne (Abril de 2016)


CIUDAD SEXUAL

 

Calles al mediodía untadas de aceite se difuminan

mientras un tren lleno de amantes

fluye sobre rieles abandonados

En el parque las palomas atacan algodones de azúcar

provocando un griterío de huérfanos

Una alondra no hace verano en las estepas

pero aquí en la ciudad del desierto

la humareda de las refinerías

anuncia lengüetas de fuego y ajetreo de turbinas

Con una botella de whisky a medioterminar

una joven deja a su paso las arañas de la suerte

que la persiguen como si fueran muchachos avorazados

Su sombra de jeans y cabellos despeinados

mira hacia los bares vacíos donde viejos con resaca

cuentan monedas oxidadas

Su cuerpo ha sido poseído todos estos días:

manos, bocas y piernas de muchachos

no han fatigado sus músculos

Los perros vagabundos duermen junto a la carnicería cerrada

mientras ella silenciosa y bella y aún sin bañar

deja que el olor de la noche pasada la arrulle sobre el prado

Alguien ha mordido sus muslos y desenredado sus greñas

en un baño turco con las puertas lacradas como carta de reyes

Su cuerpo trae el sonido de las tuberías calientes

toda ella cubierta por el vapor

mientras dragones alados saciaban su cuerpo de lirio

Abandonada momentáneamente a su soledad

podrá ahora al fin palpar las toallas recién desinfectadas

mientras en la otra cara del barrio ancianos reales

se dejan lamer por su terrible enfermedad de costumbre.

                                      

(De: Llanto de la espada. México. 1984-1992)

 

  

WESTERN HOTEL II

                                

                                       A Mario Escobar Ortiz, In memoriam


En cada cuarto sudores y alegrías lágrimas y hastío

¿Cuántos murieron allí poco a poco en noches de exilio

esperando mensajes transatlánticos o nombramientos?

Agitados tal vez por la huída después de un crimen

o por el llanto del desamor con el cuerpo herido de abandono

Uno a uno miles tomaron la llave y subieron por escalinatas

sin oír el crujido de las maderas viejas y polvorientas

hambrientos o hastiados de hamburguesas baratas

mientras afuera en la calle Leavenworth zumbaba el viento

Arriba ellos a través de cortinajes amarillentos

con cigarrillo y dedos untados de nicotina

miraron el techo cegados por la bujía o la desnuda coreana

Recién llegados de un país lejano

casi siempre de Oriente o Europa o Sudamérica

o de alguna ciudad estadounidense con asesino múltiple

tiraron sus cuerpos sobre colchones fríos

como sudarios a la hora del amanecer y gritaron sin gritar

al preguntar por la razón de este incesante viaje

Ebrios o bajo el efecto de la yerba

pulidos marchitos hastiados de amor o deseantes

escucharon el rugir de la calle

y el ágil taconeo de los atracadores

En la esquina de los chinos alguien comió chop suey

y pagó tres dólares cincuenta con monedas

y más allá un negro vendió la última dosis

Pero también en el 507

dos alemanas bellas trenzaron sus cuerpos

en el 403 Phil y Michael mordieron sus cuellos sin condones

en el 201 la gorda suspiró por un camionero sucio

en el 101 Gina y Luis celebraron la adolescencia marchita

con tequila y sexo agitados lamiéndose sin percibir el hielo

Raúl se vino solo y gimió en éxtasis hambriento

El viejo solitario del 313 tosió y tosió hasta la muerte

mientras Georges el dueño seducía en la recepción

al efebo pirómano con palabras de huérfano griego

Cada día distinto e igual con su ir y venir de maletas

lavamanos goteantes duchas oxidadas sillas cojas

Frank Sinatra cantaba desde algún radio viejo

Humphrey Bogart y Lauren Bacall discutían

desde la pantalla chica

Cada noche en espera del nuevo aventurero

o del estafador húngaro de 38 años con su blues a cuestas

Desamados y amados y vueltos a amar y a desamar

en tránsito hacia la nada desde la nada y por nada

mientras sonaba la sirena de la ambulancia

con un nuevo cadáver hacia la morgue

o un pederasta recién acuchillado

entraba a la patrulla en Castro Street

Van Ness Leavenworth Market Mission Strawberry Hill

Tenderloin luces intermitentes en rascacielos

Bruma desde el Golden State y una luna gigantesca

Todo al unísono en el delirio del drogadicto del 707

una noche cualquiera de abril.

                            

(De: Animal sin tiempo / 1993-2006)

 

 

DIVINA PRESENCIA

 

Imaginar su nombre o su olor

En la tarde del suburbio lejano

Donde su divina presencia de forastera

Pasa inadvertida como el vuelo de una gaviota.

Nadie sabrá lo que hará el tiempo de sus huesos

Ni de su carne ni de su mirada oblicua

Incómoda a las miradas que en el metro la captan

Más con estupor que deseo y algo de incredulidad.

Su rostro perfecto se refleja en la escotilla del vagón

En esta agitada tarde de ires y venires urbanos

Y nadie parece responder a las llamadas

que hace con impaciencia desde su celular rosado.

Sus uñas traen barnices quebrados y desgastados

De color granate oscuro, ajados tal vez de lavar platos

o comerse las uñas pensando en mundos perdidos.

Lleva chaqueta de cuero, blusa algo usada

De algodón color azul pálido

Y jeans ceñidos a sus muslos diminutos y torneados.

Su cabello fértil, castaño, desordenado

y tal vez no bañado desde hace días.

Alguna huella de sangre en su pantalón

Arisca y sin mirar a quien parece vigilarla con celo.

¿A dónde va? ¿De dónde viene?

¿Cuál es su precio?

¿O no tendrá precio alguno?

 

(París, 13-XI-2014)


EL ARCA DE WADIS

Eduardo García Aguilar
 
Todo comenzaba apenas a inventarse en Manizales
y nombrábamos las cosas una a una por primera vez  
bajo la luz de las luciérnagas del Monte del León y San Cancio
mientras las naves espaciales llegaban a la luna
y Janis Joplin gritaba en el espacio hacia lejanas galaxias.
Nadie tenía más de 15 años entonces pero la poesía recorría nuestras venas
pobladas por clones de Arthur Rimbaud, el hijo rebelde y fugitivo de Charleville.

En las esquinas ya escuchábamos a Wadis Echeverri, muchacho cinco años mayor,
vestido de blanco, quien escandalizaba a la ciudad con sus versos 
y era el terror de rectores, obispos, curas y madres de familia, 
salvo su tía Adela que lo quería y lo entendía como a tantos imberbes amorosos
que hacían chillar las guitarras tocando Satisfaction de los Rolling Stones. 

Wadis aparecía en todas partes como saltimbanqui en zancos pirotécnicos 
y en sótanos improvisados sonaba el estruendo de su banda de rock.
Rodeado por jóvenes escapadas de los colegios él era nuestra vanguardia 
el líder máximo de los impúberes poetas y lo seguíamos dispuestos a volar por las galaxias 
en caballos de fuego enjalmados a la velocidad de la luz. 

LEA EL POEMA COMPLETO EN EL SIGUIENTE ENLACE:

https://docs.google.com/document/d/1v9eb1lNuybSXPsUTpJptNiFfDQVlr9tF/edit?usp=sharing&ouid=115419501605228538002&rtpof=true&sd=true



MAS POEMAS DE EDUARDO EN EL SIGUIENTE ENLACE:

https://docs.google.com/document/d/1qngKZylEGeQ_EbFpvkEJaS02DkRjUM2b/edit?usp=sharing&ouid=115419501605228538002&rtpof=true&sd=true

 


Eduardo García Aguilar nació en Manizales (Colombia) el 7 de septiembre de 1953. Estudió en la Universidad Nacional de Colombia y en la Universidad de Vincennes (Paris VIII) y luego vivió en Estados Unidos y México. En la actualidad, reside en París. Ha publicado las novelas Tierra de leones (1986), Bulevar de los héroes (1987), El viaje triunfal (1993) y Tequila Coxis (2003), así como Urbes luminosas (relatos, 1991), Llanto de la espada (poemas, 1992), Animal sin tiempo (poemas, 2006), Celebraciones y otros fantasmas: una biografía intelectual de Álvaro Mutis (1993), Delirio de San Cristóbal. Manifiesto para una generación desencantada (1998) y Voltaire, el festín de la inteligencia (2005). Algunos de sus libros fueron traducidos al inglés, francés y bengalí. En 2016 publicó en Madrid Paris exprés. Crónicas parisinas del siglo XXI en la editorial Verbum de Madrid. En 2017 Uniediciones publicó en Bogotá La música del juicio final. Poesía completa (1974-2016).

 

 

 


DESPEDIDA

 

ENRIQUETA ARVELO


UTE LEMPER


LEÓN DE GREIFF


Tejimos esta BABELIA: 

En la locución:
ABELARDO BENJUMEA HINCAPIÉ.

En la edición y dirección:

JAIRO HERNÁN URIBE MÁRQUEZ.


Agradecemos a ustedes,

babeliantes cómplices,

por su generosa audiencia. 

La BABELIA se disuelve hoy.

Hasta otra voz y otra vez.

Hasta otra…¡BABELIA!